La violencia mexicana desde el panorama literario de Elmer Mendoza: la prueba de ácido y nombre de perro
Dec 21,2015
En una sociedad que muere de justicia y en donde reina la corrupción, la violencia surge como resultado de la frustración. En consecuencia de los actos de una burguesía sin ética se genera inconciencia por los sectores afectados. Sin embargo, el dilema del meollo del asunto radica en si se trata de falta de ética o de presencia de corrupción. Por otra parte, cuando estos sucesos son plasmados en la literatura, la cuestión se debate entre la realidad y la ficción. Por lo tanto, con la finalidad de detectar los elementos estéticos que alteran la objetividad del asunto, en este trabajo se expondrá de manera objetiva la situación mexicana en relación con el crimen organizado, asimismo, analizarán estos eventos presentes en las obras La prueba de ácido y Nombre de perro, ambas de Elmer Mendoza. Así, la hipótesis del siguiente análisis literario tiene como propósito cuestionar la veracidad de la retórica literaria en las novelas mencionadas.
Es algo congruente decir que la verdad de los hechos, en relación a cualquier suceso, posee distintas variantes que son dictaminadas por diferentes factores externos e internos al problema principal. No obstante, cuando esta realidad es relatada, su literatura se disputa entre una línea delgada de ficción y autenticidad. En palabras de Octavio Paz (1983): “La relación entre sociedad y literatura no es la de causa y efecto. El vínculo entre una y otra es un tiempo necesario, contradictorio e imprevisible”. De este modo, aunque la narrativa de las novelas negras de E. Mendoza refleja una realidad de la cual no sólo la comunidad mexicana es consiente, la estética de su escritura trastoca la esencia de los incidentes. En algún sentido, la literatura puede desnaturalizar los actos o bien puede atribuir más intensidad a los mismos. Es decir, “la literatura expresa a la sociedad; al expresarla, la cambia, la contradice o la niega. Al retratarla, la inventa, al inventarla la revela.” Octavio Paz (Tiempo nublado, 1983)
Cabe destacar la situación de la sociedad mexicana, la cual está moldeada por la narco cultura; costumbres arraigadas en las que se percibe a quienes adquieren riqueza y ostentosidad como dignos de ser respetados. Los narcos han creado su propio concepto, uno que ha sido limpiado de imperfecciones además de ser caracterizado por una estética que va desde la superficial, la musical y la literaria. En la narrativa actual mexicana resalta el estilo particular el cual el expone la condición social de una nación afectada por el crimen organizado. Los acontecimientos generados han propiciado que los escritores del país sientan la necesidad de proyectar el nuevo panorama de la región. Tal como afirma R. R Pereira (2008) que se trata de exponer la gran desventaja surgida por al agravamiento de problemas civiles los cuales afectan a grupos sociales y cualquier individuo en general. Los factores más influyentes en este enigma se relacionan en gran medida con el narcotráfico.
Para comprender y saber reconocer las bases de la temática de este tipo de literatura es propicio comentar como surge. Para esto, es conveniente enfatizar el vínculo existente entre la ética y la corrupción. Típicamente puede catalogarse dos tipos de delincuentes, el común y el “inteligente”; los primeros son el fruto de la frustración social, incitados por la corrupción, la cual no otorga respeto a sus derechos como ciudadanos y seres humanos; es decir, son víctimas y victimarios. Los segundos son resultado de la inconciencia y la brutalidad que les caracteriza, éstos últimos no cuenta con excusas sociales; es decir, son la pieza rota del rompecabezas; pueden estar disfrazados de políticos, sacerdotes, maestros, abogados, médicos e inclusive de un ente apacible y tranquilo. Entre las características del último grupo se incluyen los narcos quienes llevan a cabo acciones no legales perjudicando el interés colectivo.
El contexto de las dos novelas en discusión está claro; ahora, con la intención de analizar críticamente la metáfora utilizada por el autor conviene enfatizar en las situaciones expuestas en ambas obras además de considerar situaciones presentadas en otros trabajos del mismo escritor. La introducción eventos político-históricos en las novelas policiacas de Elmer delimita la estructura de la trama de sus libros. Incluso la ficción en la vértebra de su obra Un asesino solitario tiene sus fundamentos hechos verídicos, así lo señala A. El-Kadi: “1994 fue un año clave para la historia de México. Tras eventos que afectaron la economía, política y sociedad del país: la implementación de tratado de libre comercio… y el asesinato del candidato presidencial del Partido Revolucionario Institucional Luis Donaldo Colosio” (2010). Así, se evidencia los principales factores que motivaron a E. Mendoza en el desarrollo de sus siguientes obras. “La sociedad no se reconoce en el retrato que le presenta la literatura; no obstante, ese retrato fantástico es real” O. Paz (1983).
Exhibir un suceso real en términos de simulación no es sencillo; presentar la violencia de manera estética al punto de reformar, crear y adaptar personajes es parte del arte de la Literatura de la frontera. Edgar “el Zurdo” Mendieta es un personaje bien construido; un detective que funciona como mediador para abordar una situación concreta. Este personaje aparece en las dos obras comentadas. Sin embargo, aunque el contexto es real, el protagonista es ficticio. Mendieta, un sujeto irreal, funge como un testigo quien presencia como se desmorona una realidad.
El marco de desarrollo de La prueba de ácido se centra específicamente a finales de la década de los noventa y principios del siglo en curso. Irónicamente, aun cuando el contexto puede describirse como común y un tanto repetitivo pertenecen cien por cierto a la realidad: traiciones, venganzas, capos, sicarios, intermediarios y sangre. No obstante, aunque México como muchos países latinoamericanos es reconocido por contar con sistemas policiacos corruptos, Zurdo es una excepción a los policías de la sociedad pues es un detective que busca resolver los crímenes que en la vida cotidiana son ignorados. No obstante, existen aspectos auténticos como la batalla a causa del narcotráfico y el control por los numerosos carteles, junto con la exposición del gobierno como miembro activo partícipe en estos actos. En esta novela en particular, la narco cultura se hace presente en muchas formas, tales como: se escuchan los narcos corridos en las radiofusoras de la historia. Se describen las camionetas blindadas de los criminales. También es posible realzar las características ostentosas de los capos al describirlos detalladamente en diversas escenas lo cual no es una fantasía sino mera verdad. Al mismo tiempo, esta obra contrasta la personalidad de las víctimas y el victimario; exhibe al personaje principal (Zurdo) como frustrado a causa de la problemática que le rodea. Así, Elmer alude al personaje de forma perspicaz y verás. La reinvención de los personajes y sus personalidades está ampliamente ligadas: la impunidad de los culpables de aquellos sucesos que toda la población mexicana conoce. Por otro lado, como parte de la estética literaria de Mendoza se encuentra hecho de adornar el diálogo de los personajes con el fin de señalar las fallas de la sociedad o al grado de describirse a sí mismos: “Uno no puede vivir en una ciudad en la que cuando no eres víctima de la gente termina uno siéndolo de los visitantes”. P 239.
La parte de la ficción en Prueba de ácido comienza desde la trama con los personajes estelares. Así como el Zurdo es un personaje irreal, Mayra Cabral de Melo es otro personaje que es inventado, el cual da lugar al desenlace de una nueva historia; sin embargo, aunque los sujetos no cuenten con fidelidad total, reflejan perfiles realistas. Así se plantea situación de una chica quien beneficiada por su belleza física se vale de eso para salir adelante; el descubrimiento de su cuerpo mutilado como se han hallados infinidad de cuerpos en la sociedad común y por las mismas causas no es algo de sorprenderse. Otro de los aspectos verídicos incorporados a un relato adaptado es el hecho de la declaración de la guerra por el presidente Felipe Calderón a finales del año 2006. Tal como se presenta un hecho político-histórico en Un asesino solitario, en esta obra se retoma el evento histórico del inicio de una guerra fallida, la guerra con el narcotráfico.
Es de significativa relevancia la adaptación de sucesos que siguen ocurriendo en la vida real pero que son presentados en una historia de fantasía. En esta obra se exponen las relaciones de jefes de los carteles con personajes políticos. Por otro lado, la parte de la ficción se reinventa en este contexto, cuando el padre del presidente de los estados Unidos es víctima de un atentado causado por personas que protestan en inconformidad del muro fronterizo; así, no está demás decir que este es el más claro ejemplo de una situación existente pero que si bien aquellos activistas no refiere a un grupo de manifestantes en específico, es cierto que los ha habido por esta y otras tantas más causas. Cabe mencionar que entre los sucesos adaptados podemos identificar el nombre de los verdaderos carteles existentes en México. No obstante, los capos de éstos se han alterado y los nombres se han modificado. Tal como es introducido el caso del Cartel del Pacífico, en Nombre de perro, cuya líder es una mujer; Samantha Valdéz, y no un personaje masculino como en la realidad.
¿Estilo o estrategia?... A través del análisis crítico en la escritura de este autor se detectan variantes que pudieran dar pautar para justificar su narrativa. Primero, es bien sabido que abordar temas de crimen organizado o política es sumamente peligroso pues a nadie le gusta que exhiban los movimientos secretos. México se ha dado a conocer por la fuerte represión y manipulación a su prensa; es decir, se ha cortado la voz al pueblo; no existe la libre expresión ni se respeta los derechos de las personas. El control de poder ha pasado del estado a vínculos secretos entre políticos corruptos y delincuentes. Entonces, pudiese entenderse que por amor a su pasión un escritor no se resigne a callar lo piensa en base a lo que percibe de la sociedad; en lugar de ser reprimido por los que dominan opta por plasmar la violencia por medio del arte, no como grito de auxilio sino como expresión artística. En palabras de E. Parra (2004): “La decisión de un escritor respecto a dónde publicará su obra tiene mucho que ver con los alcances de ésta en cuanto a público y crítica, no tienen nada que ver con el contenido y la calidad de la misma”. En relación a la literatura del norte debido a la cultura que envuelve a la sociedad, los autores buscan generar crítica y llamar la atención de su audiencia sin prestar tanta atención en lo que se aborda pues es visto como parte normal del contexto.
Es importante mencionar que el autor de estos dos libros es Sinaloense (norteño), y para ser más exactos es de la cuna del narcotráfico en México. La narco cultura que gira en torno a la sociedad norteña diferente a la del resto del país. Entre los efectos de la narco cultura en la literatura, incita a los escritores a tomar ejemplos reales para su escritura. R. Pereyra comenta: “Lamentablemente, la ficción escrita por estos escritores del Norte y la frontera, va más mezclada con la realidad tomada de experiencias cotidianas en un mundo que parece haber aceptado como condición del siglo XXI”. (2008) Así, aunque la narrativa del norte, a la cual pertenecen las dos obras que en este trabajo se analizan, se ha catalogado como una representación literaria de las implicaciones sociales y culturales; sin embargo, la adaptación de sucesos verídicos implica una renovación de los hechos por lo que ya no se habla de la verdad sino de una ficción, de este modo lo afirman ME. Arizmendi y G Meza:
“Aunque la obra literaria parezca verdadera, no es más que una simulación de formas de vida. De esta manera la relación entre literatura y realidad se ve mediatizada por la forma como se usa el lenguaje que refleja formas posibles de vida: historias ficcionalizadas” (2013,85)
No obstante, a pesar de las diversas críticas a este nuevo género literario, es preciso que este tipo de trabajos permiten dar a conocer el sistema creado a causa del narcotráfico en la población mexicana en el proceso de desarrollo de la industria, propagación y consumo de drogas. Asimismo, ya sea de manera objetiva o un tanto imaginaria, se exponen elementos de la narco cultura tales como la religiosidad popular, la ostentosidad de los narcos y el concepto de los narcos para una sociedad que los ha aceptado, además de que han desviado su concepto direccionándolo a uno más digno de ser tolerado. Pero, eso no implica que los narcos sean sujetos éticos pues las características que les definen van muy opuestas a las de una moral consiente y sensible, tanto por uno como por los semejantes.
¿Cuándo se dice que hay ausencia de ética entonces?... Por la ética podemos entender como un conjunto de fundamentos racionales que rigen nuestras conductas, prácticas humanas y sociales A. Garland (2002).Es decir, los componentes éticos son los que dictan nuestro modo de actuar y formas de ser; en una palabra definen nuestra moral. Sin embargo, cuando un individuo no cubre con las cualidades descritas se dice que hay una ausencia de valores. No obstante, aunque la ética tiene que ver con la moral, carecer de la primera no índica que se sea corrupto.
Según las características que enmarcan el concepto de los capos y sicarios; éstos evidentemente carecen de ética. Considerando los factores al inicio de este escrito, los cuales delimitan las posibles razones del porqué hay dos tipos de delincuentes, no se puede encasillar a todos los narcos como corruptos, pues existen argumentos que justifican la decisión de sus acciones. También, es común escuchar a personas decir que la ética está moldeada por un sin fin de elementos culturales que van desde costumbres, formas aceptables sobre cómo actuar ante una sociedad específica, mismas que determinan la manera de ser del individuo. Sin embargo, es vital agregar que los narcos han creado una cultura propia. Al tener en consideración este aspecto puede comprenderse por qué la sociedad haya llegado al punto de asimilar a los narcos y sus acciones como normales pues todos se encuentran dentro de la narco cultura. De igual modo, la Literatura del Norte o Fronteriza presenta sucesos políticos-históricos reales que se viven en la comunidad pero que no generan ya más asombro pues son parte de la costumbre.
Pero, ¿Quiénes son los corruptos?... R. Arnald afirma que no se etiqueta a una clase social por el simple hecho de robar; pero, por que muestran una imagen de autores, cómplices, encubridores o, incluso algo peor, ser indiferentes. (2002) Al leer esta definición pareciera que todos podemos a veces ser corruptos en cierta medida. Sin duda, hay niveles de corrupción pues hay quienes como los políticos son indiferentes a muchas situaciones que deben ser atendidas, no sólo encubren pero también son cómplices, tal como se expone en la trama de ambas novelas policiacas de Elmer. En este sentido, la corrupción y falta de ética presente en ambas obras es una realidad que en ambas novelas se vuelve fantasía al ajustarse a la fingida historia. Además, considerando los rasgos descriptivos de los dos tipos de delincuentes, puede entenderse que un político es un delincuente también.
En el segundo trabajo Nombre de perro, no es de extrañarse que el relato se desenvuelva en Culicán Sinaloa, tierra que vio nacer E. Mendoza. Así, se constata que el escenario de muchos eventos existe aun cuando la leyenda no. El aspecto general de la narración se desarrolla en un ambiente precisamente de corrupción y poca o ética nula. El detective Zurdo vuelve aparecer en este libro, en ocasiones siendo adulterado por la sociedad en la que se encuentra sumergido. Acá se muestra a la policía mexicana como la definición exacta de lo que es la corrupción. Como parte de la policía, Mendieta pacta acuerdos con jefes del narco volviéndole corrupto y de carácter inconsciente. De acuerdo con R. Arland existen aquellos que se dejan llevar por normas míticas; a éstos se les llama principistas (o de intención) mientras también los hay orientados por su conducta en función de sus ideales, dogmas y códigos prácticos; éstos son llamados utilitarista (o de responsabilidad):
“La primera enseña que los actos son buenos o malos según la intención, más allá de los resultados y la única cosa buena es la buena voluntad, mientras la ética utilitarista, por su parte, dice que el resultado es lo más importante sin detenerse en consideraciones valorativas” (2002,4)
Algo más que real en esta segunda obra es saber que hay muchos delincuentes asalariados del que corrompe no con inteligencia sino con astucia, sin sensibilidad, sin conciencia, sin alma, sin valores. Muchos políticos y narcos actúan amparados sabiendo que violan sus mismas normas. En Nombre de Perro Zurdo infiltrado en el mundo del crimen organizado se relaciona con las figuras de más alto rango, no sólo presencia sus traiciones y pactos sino que además participa con algunos.
Otro detalle relevante en esta obra se centra en la trama de la misma. Para empezar, el título de la novela refiere al asesino/a anónimo quien ha matado a la amante de la jefa del Cartel. Hay piezas claves para descubrir al responsable de la muerte de la mujer. Así, una vez más se apreciar una atmósfera de intriga, personajes corruptos y falta de ética, pero también sobresale el tema del lesbianismo lo cual no es visto como un tabú ni para la Literatura del Norte, ni para la Sicaresca, pues La virgen de los sicarios despliega de igual forma el tema de la homosexualidad en sus personajes principales. Es decir, como parte de la narco cultura hay muchos temas que empiezan a tener otra perspectiva por parte de los miembros quienes conforman esta cultura. Por otro lado, la ostentosidad de los narcos, la ambición de los políticos y el deseo de los sicarios por ganar dinero a costa de lo que sea, refleja realidad que ha estado presente en la sociedad donde el soborno, chantaje y falta de moral reinan por sobre todas las cosas. En estos asuntos no se trata de una ficción sino de una realidad evidente. Con todo esto, los contenidos textuales, escenarios, y situaciones conforman la estructura de un género literario que denuncia en forma de tragicomedias. De acuerdo a ME. Arizmendi y G Meza (2013) mencionan que la sociedad repercute en gran medida en su literatura:
“El sentido de una obra literaria recae en una función del interpretante que integra elementos diversos de la realidad, situación cultural, formación e información, horizonte de expectativas, estados de ánimo y en general condiciones sociales, a lo que llamaremos estados sociales de recepción”. (2013, 86)
El realismo y la ficción se debaten en estas dos historias que toman lugar en pueblos tradicionalmente marginados; el contexto actual de México. La narrativa de E. Mendoza en particular es singularizada por los eventos trágicos pero que no son vistos como tal pues siendo norteño ha aprendido a sobrellevar la situación tal como la mayoría de las personas en esas zonas. Sus novelas tienen su toque personal que ha sido desarrollado por el contacto con la narco cultura. El lenguaje utilizado en sus personajes representa matices de naturalismo en sus diálogos ficticios. Así como en la Sicaresca, el Parlache de los sicarios, la Literatura del Norte, en la cual se incluyen las novelas de Elmer, proyecta la forma de hablar común de una nación, valiéndose del uso de la jerga en esas zonas del país. .Las costumbres los vuelven aptos para presenciar y saber reaccionar. E. Mendoza enfatiza que el propósito de sus obras está vinculado con un propósito claro:
“Lo que yo intento es hacer mezclas, Mezclas de lo que serían niveles emocionales, así como una persona puede asumir la vida con diversos niveles emocionales y yo intento producir eso. Que el lector pueda experimentar y encontrarse con eso, con sus angustias, con sus emociones, sus complejos. Por eso te digo que yo intento provocar al lector (2008, 335) R. Pereyra en entrevista con E. Mendoza
Así como la realidad y ficción tienen un rol importante en la narrativa de esta literatura, también la ética y la corrupción juegan un papel esencial los personajes de la narco cultura mismos que son reflejados en las novelas de este género. Es decir, independientemente de proyectar una historia de fantasía, ésta necesita un fondo en el cual será desarrollado. Al parecer la técnica Elmeriana propone desarrollar estas tramas en contextos históricos de impacto reales para que los lectores se sientan familiarizados con las obras. Atribuirles a los personajes cualidades de de personas comunes y existentes en un marco sociológico permite que los las personas que leen se/ identifiquen con éstos. A pesar de que las personas han sido acostumbradas a lo que presencian día a día, eso no indica que no se hable de una cultura violenta, es violenta porque existe la corrupción y hay ausencia de muchos valores éticos. Sin embargo, para algunos escritores como E. Mendoza éste marco es útil para relatar nuevas vidas en situaciones concretas.
Finalmente, para comprender nuestra propia realidad es propicio realizarse la siguiente pregunta ¿Qué tanta realidad hay dentro de lo que se percibe como ficción?...Escribir sobre el crimen organizado no es sencillo pues al hacerlo uno no sólo puede involucrarse en serios problemas sino también exponer su vida y la de sus seres queridos. A través de un estudio crítico y el análisis detenido en los componentes de esta narrativa se encontraron que pudiese ser que en el caso de E, Mendoza esté retratándose a sí mismo en su personaje el Zurdo Mendieta quien es el intermediario, infiltrado y que además se ha involucrado con miembros de los carteles. No es casualidad que Mendieta tenga bastante similitud con Mendoza, Tampoco sonaría raro relacionar el apodo Zurdo con los personajes de “izquierda”. Así, se proponen nuevos ángulos de estudio que pudieran entender todo el fenómeno narcotraficante y cómo está realmente vinculado con personajes de renombre. Desde este punto de vista, los mensajes subliminales literarios están presentes en estas obras analizadas y en todas las obras de E. Mendoza. Por lo tanto, sería conveniente hacer investigaciones en ese campo para profundizar sobre este campo que no se sido ampliamente investigado.
Para terminar, creo que la Literatura del Norte es un género interesante por las características que posee; sin embargo, sería conveniente analizarlo más a fondo para entender los elementos y factores que la generaron. Por otra parte, considero que la realidad y la ficción son relativas a los eventos que vive una sociedad, por lo que no sería muy justo separar los conceptos tan paralelamente sino considerar la contraposición y unión de ambas para poder descifrar mucho más contenido. En palabras de Orejas “Una novela autoconsciente […] es aquella que de forma sistemática se jacta de su condición de artificio y que, al hacerlo explora la problemática relación existente entre artificio y realidad” (2003, 38). Quizás la Literatura del Norte o en particular la de Elmer Mendoza posea además de cualidades de la Sicaresca, una Meta ficción disfrazada. Por último, tal vez esta forma de escribir de E. Mendoza sea una forma de educar a la sociedad para que sea más crítica. El problema es evidente, mientras no se eduquen los valores de nada sirven los métodos tomados para parar la situación del crimen en México.
BIBLIOGRAFÍA:
Arland, Rodolfo. "Ética o corrupción: el dilema del nuevo milenio." Documento incluido dentro de la Biblioteca Digital de la Iniciativa Interamericana de Capital Social, Ética y Desarrollo-www. iadb. org/etica (2002).
Mendoza, Élmer. "Narcotráfico y literatura." Desacatos 38 (2012): 193-199.
Mendoza, Elmer. La prueba del ácido. Grupo Planeta Spain, 2013.
Mendoza, Élmer. Nombre de perro. Grupo Planeta Spain, 2013.
Meza García, Gerardo, and Martha Elia Arizmendi Domínguez. "Función social de la literatura en la obra de Élmer Mendoza." (2013).
Parra, Eduardo Antonio. "El lenguaje de la narrativa del norte de México." Revista de crítica literaria latinoamericana (2004): 71-77.
Pereira, Rodrigo Rey. "La condición social de México en los escritos del autor: Entrevista con Élmer Mendoza." Anales de literatura hispanoamericana. No. 37. Servicio de Publicaciones, 2008.





